lunes, 1 de octubre de 2012

Historia de Orgarth: Capítulo 6

Sentía una sensación que no le gustaba nada. ¿Quizás era lo que los humanos llamaban miedo? No lo sabía a ciencia cierta, pues hacía muchos siglos que él dejó de ser humano para pasar a un nivel superior: el de un astartes.

Zyndor se encontraba en la sala contigua a la sala de teleportación de la Purga de almas caminando apresuradamente mientras daba vueltas alrededor de cinco de los miembros de sus elegidos para formar parte de su escuadrón de corruptores, a la espera de que su señor le diese la orden de teletransporte a la nave Eldar. Sus pasos sonaban pesados por su armadura de exterminador sobre el frio metal del que estaba compuesto el suelo.  De vez en cuando había una sacudida debido a la batalla, pero parecía que Nueker se las estaba apañando bastante bien como para mantenerlos con vida.

La sala estaba pobremente iluminada con unos globos de luz de un color verde enfermizo que constantemente parpadeaban debido a que parte de la energía había sido redirigida a los escudos,  provocando unas sombras parpadeantes que acentuaban los rasgos del casco con tres retorcidos cuernos de Zyndor que antaño fueron huesos de marines leales al emperador. Tras el casco, el hechicero fruncía el ceño y una perla de sudor le bajaba por su destrozada mejilla. Realmente no le gustaba nada esta sensación.

  • Quizás no debí ocultar la última visión que tuve. Él sospecha de mí, lo se. – Se dijo Zyndor a si mismo preocupado.

Él había visto que una nave Eldar iba a interceptarlos en su ruta como también había visto que era una psíquico xenos la que estaba guiando dicho asalto a la nave de los Guerreros de Hierro, pero ocultó esa visión a su señor a sabiendas de cómo él iba actuar, deseoso como estaba de estrenar su nuevo cuerpo metálico. Del mismo modo, había inducido psíquicamente a Nueker a tomar la decisión de que un asalto directo a la nave xenos era bastante plausible.

No importaba como, pero quería que Orgarth no estuviese vivo para cuando llegasen a su destino. Por esa razón en los últimos preparativos del cuerpo de su señor, entre sus funciones de bendecimiento del sarcófago del dreadnought, Zyndor había incluído una versión modificada y letal del virus empleado en los exterminatus, programada para hacer efecto cuando el cuerpo metálico de su señor estuviese bastante debilitado y que daría como resultado la muerte asegurada de Orgarth.

Aún y así, en un rincón de su retorcida mente había una chispa de duda que cada vez brillaba más. ¿Podría ser que pese a todo Orgarth sobreviviese al asalto directo a una nave Eldar? Era una posibilidad, sin duda, pero era tan remota que dudaba de que así fuera.

Había estado trabajando por años para convertirse en el líder de esa partida de guerra y justo cuando pensaba que sus esfuerzos eran recompensados cuando su señor fue herido de muerte en Tokar III, los dioses oscuros en su muchas veces extraña manera de actuar, devolvieron a Orgarth al mundo de los vivos. A veces parecía como si los dioses se estuviesen burlando de él y divirtiéndose a su costa.
Su línea de pensamiento fue interrumpida cuando la voz de Nueker salió por un altavoz que había en la sala.

  • Lord Zyndor, lord Orgarth ha dado la orden de que se teletransporte inmediatamente en sus proximidades. Debido a la naturaleza xenos de la nave, no le puedo asegurar una fiabilidad del 100% del sistema de teletransporte. Estamos calculando los vectores de teletransporte. Por favor, entre en la sala y pongase en posición usted y su escuadra.

Zyndor estaba perplejo. ¿Cómo que iba a ser teletransportado sin una fiabilidad del 100%? ¿Pretendía Nueker que fuese teletransportado en mitad de una placa de blindaje o en el interior del motor de la nave xenos? ¿Era todo un plan de Orgarth que quería eliminarlo rápidamente al descubrir su traición? La cabeza de Zyndor daba muchas vueltas hasta que la voz de Nueker sonó nuevamente por el altavoz.

  • Lord Zyndor, dese prisa, lord Orgarth reclama su asistencia. Hemos recalibrado los vectores de teletransporte gracias a un agujero en los escudos energéticos de la nave enemiga y la fiabilidad ha augmentado hasta un 99,97%. Dese prisa por favor. Teletransporte en 1 minuto.

El torbellino de ideas que había en la mente de Zyndor paró al ver que quizás estaba pensando demasiado y que seguramente Orgarth no era lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de que Zyndor quería hacerse con el poder. Relajó su mente y los músculos e indicó mentalmente a los corruptores que lo siguiesen. No iba a liberar su furia hasta que no estuviesen dentro de la nave enemiga Eldar. Se colocaron todos sobre los diagramas del suelo y Zyndor empezó a entonar un cántico que ayudaría a que su escuadrón no fuese vaporizado durante el teletransporte al no portar ellos una armadura preparada para tales menesteres como lo estaba la suya. 

El aire se empezó a llenar de estática y ozono a medida que la nave dirigía energía para realizar el teletransporte hasta que una explosión visual y sonora apareció. 

Lo último que hizo Zyndor antes de perder el mundo de vista fue acabar su encantamiento de protección mientras agarraba con ambas manos fuertemente su bastón chisporroteante de energía.

1 comentario:

  1. intersant,seguire mirant impacient per veure com continua,pero no m agradaria estar el la pell del zyndor pel que pugui pasar xd

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