Él era Pralux, el actual líder de esa
escuadra de Guerreros de hierro, la número 4. Había conseguido el liderato de
la escuadra después de que el anterior líder, Kirus, fuese
despedazado por una bestia tiránida en la fallida campaña de Tokar
III y de matar a dos guerreros de hierro como él en combate
singular.
Por sus venas corría la sangre de los
hijos de Olympia y Pralux siempre estuvo muy orgulloso de ello, pero
ahora su sangre se veía derramada por los agujeros de su armadura
MK-IV. Él y su escuadra estaban parapetados detrás de los restos de
un muro de la nave alienígena que habían hecho saltar mediante
granadas perforantes, aunque cuatro de los miembros de la escuadra ya
estaban muertos debido al intenso fuego al que estaban sometidos.
Agachado como podía, de vez en cuando
asomaba su guantelete derecho empuñando su pistola bolter y
disparaba en dirección a sus enemigos. Ni siquiera con su
servoarmadura podía exponerse durante mucho tiempo a aquel bombardeo
incesante de cuchillas cortantes sin que pagara un alto precio por
ello. Cambió mentalmente la frecuencia de emisión a nivel de
escuadra y habló por el comunicador:
- Escuchad, preparad las granadas! Nos superan en fuego así que no queda otra que salir de la cobertura y cargar contra ellos. - bramó por el comunicador. Inmediatamente, uno de los miembros aún vivo de su escuadra emitió una queja.
- ¿Pretendes matarnos Pralux? Lo que dices es un suicidio. - se quejó Symbar. - No hay manera de que lleguemos vivos hasta donde están posicionados esa escoria xenos.
Pralux sabía que
lo que decía Symbar era totalmente cierto, pero sabía que debía
empujar a sus hombres a realizar el asalto con él si quería tener
alguna posibilidad de llegar vivo y descuartizar a esos sucios Eldar.
- Como tu veas, pero lord Orgarth está de camino. Si nos ve arrinconados por un puñado de basura xenos, no sólo los matará a ellos, también nos matará a nosotros por nuestra ineptitud. Prefiero una muerte a manos de los xenos que a manos de lord Orgarth o lord Zyndor. - dijo Pralux esperando “motivar” así a su escuadra.
Tras un momento de
meditación, aún bajo el intenso bombardeo de disparos, todos los
miembros de la escuadra asintieron mostrando que estaban de acuerdo
con el plan. Sacaron sus granadas y sincronizadamente, las
programaron para estallar a los tres segundos y las lanzaron todas a
la vez.
En el momento que
hubo las explosiones, toda la escuadra salió en trombo a por sus
enemigos Eldar empuñando sus armas y disparando mientras avanzaban a
toda prisa. Los Eldar se habían puesto a cubierto con la explosión pero
bastó dos segundos para que respondiesen a la carga con nuevas
salvas de cuchillas.
Un miembro de la
escuadra enemiga alzó una fina espada de energía y apuntó a los
marines del caos. La reacción fue inmediata. Parecía que el número
de disparos que realizaba la escuadra enemiga se había doblado en un
momento, inundando el espacio que había entre los Guerreros de
hierro y ellos con un mar de discos afilados.
La carga en ningún
momento perdió el ímpetu y Pralux avanzaba cubierto detrás de
Symbar disparando su pistola bolter mientras avanzaba, pero
cuando casi llegaban a su destino, Symbar cayó muerto con gran parte
del casco destrozado y convertido en una masa sanguinolenta. Pralux
no pudo evitar sonreír dentro de su casco y lanzó un grito:
- ¡Hierro dentro!
- ¡Hierro fuera! - respondieron dos de los miembros de la escuadra.
Saltó el parapeto
hecho de trozos de muro, similar al que habían dejado atrás, en el
que estaban posicionados los guerreros eldar con trajes azules.
Inmediatamente el primer enemigo con el que se topó fue el guerrero
con una fina espada de energía y ambos chocaron y se enzarzaron en
un combate individual mientras ambas escuadras iniciaban un intenso
combate cuerpo a cuerpo.
El guerrero eldar
fue el más rápido y atacó primero. Intentó una puñalada dirigida
a la boca del estómago primario de Pralux pero este la desvió con
un barrido de su espada de energía, entonces el guerrero eldar usó
la rodela que tenía fijada en el otro brazo y le soltó un fuerte
golpe a Pralux en la cabeza, pero Pralux ni se inmutó de semejante
golpe. Esto provocó que por un momento el guerrero se quedase
perplejo y abriera un poco de más su guardia y Pralux lo aprovecho
para apuntar con su pistola bolter al pecho de su rival.
Quería disparar y
dejar un enorme agujero en el pecho de su rival, pero para cuando su
dedo índice empezaba a apretar el gatillo de su arma, el guerrero
eldar se metió en su guardia y de un golpe con el mango de su espada
, desvió el cañón del arma que abrió fuego e hizo un agujero en
un muro cercano. Para el Guerrero de hierro, este rival era mucho más
ágil a lo que estaba acostumbrado. Tanto tiempo matando a los
humanos seguidores del dios cadaver lo habían vuelto confiado. Dio
un fuerte puntapie a su rival y dio con la pierna derecha de este,
partiéndose como una ramita seca. Esto hizo que el guerrero eldar
quedase momentáneamente paralizado por el punzante dolor y Pralux
aprovechó para partir a su rival en dos con un golpe de su espada,
trazando una línea recta entre el hombro izquierdo hasta la pelvis
de su rival.
No emitió ni un
solo grito, ni siquiera un gruñido. Simplemente el guerrero eldar
cayó partido en dos trozos a los pies de Pralux y soltó su fina
espada de energía que aún chasqueaba energía. Pralux levantó su
espada y emitió un bramido de victoria. Luego miró como estaba
yendo el combate y se dio cuenta que era el único que aún quedaba
vivo de su escuadra. Tres guerreros eldar se le tiraron encima aunque
estaban bastante debilitados por el combate con los otros miembros de
la escuadra número 4.
En un resquicio de
su mente, Pralux pensó en retirarse, pero sentía tanta adrenalina
en su cuerpo después del fantástico combate que había tenido con
el guerrero eldar muerto que sin pensarlo, se tiró a por los otros
miembros de la escuadra enemiga, aunque estos no fueron rivales para
él. En menos de tres minutos desde que había habido el choque de
armas, el combate había finalizado.
Pralux se
encontraba en mitad de la pila de cadaveres destrozados. Las heridas
que había sufrido antes del asalto se habían coagulado ya y las
otras producidas durante el combate se estaban cerrando en estos
momentos. Estaba cansado, pero sabía que tenía que mobilizarse.
Unos pasos
apresurados y pesados sonaban a lo lejos. Pralux no se lo pensó y
tomó posición detrás del parapeto usado previamente por los Eldar,
a la espera de atacar a su rival cuando estuviera cerca, pero cuando
sentía que su nuevo rival iba a ser visible, se dio cuenta que era
el cuerpo de su señor Orgarth.
Orgarth corría
todo lo rápido que le permitía su cuerpo metálico. Cuando sus
sensores detectaron que había uno de sus siervos saliendo de detrás
de un parapeto, aminoró la marcha hasta detenerse. Luego preguntó:
- Eres un miembro de la escuadra 4. - dijo más como una afirmación que como una pregunta.
- Así es lord Orgarth, soy Pralux, el único superviviente de la escuadra 4. - contestó con una reverencia.
Orgarth detectó
con sus sensores el gran número de heridas sufridas por Pralux y su
escuadra. Lo habían dado todo con tal de destruir a sus enemigos.
- No esperaba menos de ti y los tuyos. - dijo con un atisbo de orgullo. - Sígueme, hemos de llegar al puente de mando de esta nave.
Orgarth se puso en
posición y empezó a avanzar lentamente, aumentando el paso a cada
segundo que pasaba. Mientras, Pralux buscó en los cuerpos de sus
antiguos compañeros ya muertos algo de equipo, un par de granadas de
fragmentación, otro par de granadas perforantes y un bolter al que
cambió el cargador y amartilló. Ancló el bolter cargado a su pierna derecha,
junto con un par de cargadores adicionales para su bolter y también
cambió el cargador ya vacío de su pistola bolter. Era el último
que le quedaba.
- Preparado, lord Orgarth. - dijo por el comunicador lanzándose a la carrera para alcanzar a su señor.
el Pralux els te ben posats xd
ResponderEliminarademes cada vegada que llegeixo tiranidos relacionat amb tokar lo que arribo a disfrutar