lunes, 17 de octubre de 2011

Guía táctica de Mendregard (II) : Dentro de la partida


Seguimos por donde lo dejamos.

Tenemos nuestra lista ya por fín encarada. Ahora lo principal es llegar a la mesa de juego y enfrentarse al rival. Os saludais, veis que tipo de misión toca y que tipo de despliegue toca. Hasta aquí bién.

Si la misión que toca es de objetivos, recordad que eso es lo prioritario, por encima de destruir unidades enemigas. En ese caso teneis dos opciones: jugar a negar objetivos ajenos o bien ir a capturar los máximos posibles. Esto suele estar limitado a una sola opción casi casi para muchas de las razas xenos.
Los objetivos que desplegueis vosotros, es recomendable que los desplegueis de tal modo que puedan ser cubiertos fácilmente por vuestras tropas. Aunque a veces no es mala idea tenerlos muy dispersados para forzar al rival a que se abra más y no pueda focalizarse en ningún punto de la mesa en concreto.

Por el contrario, si la misión que toca es de aniquilar al rival, entonces yo diría que lo prioritario es quitar la mayor mobilidad posible al rival y sobretodo focalizar siempre los objetivos hasta que esten totalmente muertos. Más de una vez uno se lleva una sorpresa cuando 4 matados que huían se reagrupan y con su apoyo a otra escuadra acaban liandote un cristo.

Dicho esto, según la lista que tengais es posible que esteis más preparados para un tipo de misión que para otras. Eso es normal, pues es muy difícil hacer listas que esten preparadas para cualquier situación.

Una vez desplegados los ejércitos y antes de empezar el primer turno, trazad un plan. No muy elaborado y como mucho del estilo de "En el 3er turno, debería ser capaz de..." o bien "Para el turno 2 ya debería de haber llegado a..." sin ser demasiado avariciosos con el tema de turnos, pues un mínimo revés puede hacer que un plan se tenga que remodelar sobre la marcha.

Sed selectivos con vuestras prioridades y objetivos, no los perdais nunca de vista ni aunque se os nuble la mente con una sed de sangre que ni la de Kharn. También sed adaptables en la medida de lo posible a los golpes del rival y de la suerte con los dados.

Por último decir que a veces hay que arriesgarse. Muchas veces he ganado partidas porque en un turno decidí jugarmela a por ejemplo lanzar un bormardeo con artillería justo tocando mis unidades. Si veis que la recompensa puede valer mucho la pena, hacedlo, pues si sale bien puede que os de esa ventaja táctica que hará que luego puedas ganar con mas holgura. Además, luego esos momentos son los que hace que recuerdes una partida por encima de las otras.

La verdad es que esta parte tiene más de tener la cabeza fría e ir haciendo pequeños planes que otra cosa. En esta parte lo mejor que hay es la propia experiencia a base de ir jugando, ya que cada cual tiene su estilo de juego y simplemente debe buscar con el que se encuentra más a gusto.

Próximo post en breve. Saludos!

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