miércoles, 25 de julio de 2012

Historia de Orgarth: Capítulo 5



Agrietando el suelo blanquecino  allá donde sus potentes piernas pisaban, Orgarth intentaba contactar con sus hombres. Ninguno de ellos había respondido a su llamada y lo único que recibía su equipo de comunicación era estática, ruidos de combate y algún que otro grito de batalla entrecortado.

- El asalto a la nave Eldar quizás ha sido una mala idea.- pensó para sí mismo.
En sus ansias de estrenar su nuevo cuerpo, Orgarth quizás había cometido un enorme fallo que le costaría la vida de él y de sus hombres.

- Bueno, a lo hecho, pecho.- Se dijo a sí mismo de nuevo sin ganas de concentrarse en otra cosa que no fuese el combate.

Mientras pensaba eso, desde el fondo del pasillo donde estaba, un fogonazo de luz apareció de repente e inmediatamente los paneles del interior del sarcófago se iluminaron mostrando serios daños en el brazo equipado con un martillo hidráulico. Orgarth revisó mentalmente los daños: el brazo estaba parcialmente fundido y la cabeza del martillo había sido remplazada por un muñón  a medio derretir.

- ¡Maldita escoria xenos!- gritó aunque una vez más del equipo de comunicaciones del sarcófago salió una voz mecánica y carente de vida. Contestó al fuego enemigo con un disparo del cañón de fusión mientras volvía tras sus pasos hasta una curvatura en el pasillo en el que se encontraba, ganando algo de cobertura.

No sabía muy bien si el disparo que había efectuado había impactado en su enemigo o no, como tampoco sabía exactamente a qué se enfrentaba. Debía pensar cuidadosamente que hacer en los  próximos minutos si quería tener alguna posibilidad de salir vivo de la nave. 

Abrió el canal de comunicaciones nuevamente y dio una orden.

- A quien me reciba, informe.- Lo único que le respondía era el sonido de la estática. 

- Repito, a quien me reciba, que informe he dicho!- volvió a decir por el comunicador. Tras un poco más de estática, alguien respondió.

- Escuadra de asalto 4 a la escucha, señor. Tenemos fuerte resistencia donde nos encontramos.- mientras se oían sonidos de disparos de armas bolter. Una sonora explosión muy cercana se oyó por el comunicador, cortando la comunicación momentáneamente- A duras penas aguantamos mi señor, estamos demasiado dispersados.- replicó la voz.

Algo impactó cerca de donde Orgarth se cubría, arrancando y fundiendo trozos del muro blanquecino como el hueso pulido. Un nuevo disparo del enemigo. Orgarth contestó otra vez al fuego exponiéndose durante un instante para disparar nuevamente su cañón de fusión y volver a la cobertura nuevamente.

- Indicadme vuestra posición exacta ahora mismo, según mis sistemas os encontráis muy cerca de mí.- respondió, mientras acababa de analizar la fuente de la señal. 

De repente un sonoro golpe resonó en el pasillo. Por fin apareció lo que estaba disparando esos fogonazos de luz: un gigante con una cabeza alargada sin ningún rasgo y con un cuerpo estilizado armado con un enorme sable en una mano y un fino cañón en uno de sus hombros que estaba a punto de volver a disparar nuevamente. El gigante no emitía ruido alguno y tenía una parte del pecho fundida en forma de un enorme agujero.

- Uno de los disparos le impactó.- pensó satisfactoriamente Orgarth.
El cañón del gigante se movió en su dirección y disparo otra vez pero por suerte rebotó el disparo en el blindaje frontal del bípode, no sin dejar una gran marca fundida allá donde el blindaje había realizado un soberano esfuerzo por desviar la energía del disparo.

- Ahora o nunca.- pensó Orgarth y salió de su cobertura para cargar frontalmente a la enorme criatura.

Mientras avanzaba realizó nuevamente un disparo de su cañón de fusión y fue acompañado de una descarga de combustible inflamable del brazo que aún tenía en perfecto estado. La criatura sufrió enormes daños en forma de un nuevo agujero y de grietas por culpa del extremo calor, pero seguía dispuesta a combatir.

Fue un combate breve pero intenso, el bípode abrió las enormes pinzas a tiempo de parar el golpe con la enorme espada que había lanzado el gigante Eldar. Aunque los motores del brazo chirriaron por el sobresfuerzo el dreadnought aguantó el golpe y partió la enorme espada cuando cerró las pinzas. El señor espectral dio un paso atrás como respuesta a la pérdida de su espada, momento en el cual Orgarth aprovecho para estampar el muñón que era su otro brazo en el nuevo agujero que consiguió antes de los golpes y trazó un golpe que unió ambos agujeros,  desgarrando la criatura y haciéndola caer.

Orgarth gritó de placer  mientras empleaba su lanzallamas pesado sobre el cuerpo inanimado ya inmóbil del señor espectral y por la caja de voz sonó un aullido metálico y desgarrador. Tras un par de minutos para centrarse de nuevo y apagar mediante su voluntad los fuegos del gozo de la matanza, comprobó que la criatura ya no se movería de nuevo y revisó el análisis finalizado de la señal emitida por la escuadra 4. La señal provenía del nivel de abajo, a escasos 50 metros de donde se encontraba.

Abrió el canal y sólo emitió una orden.

- Aguantad hasta mi llegaba, voy para allá. Cambio y cierro.- Se volvió y empezó de nuevo a avanzar por el pasillo con la esperanza de encontrar una bifurcación que le guiase hasta sus hombres.

2 comentarios:

  1. dread contra señor espectral LOL,tu si que saps continua aixi.
    l orgath m esta començant a caure be encara que siguem enemics a las partidas,que continui trinchan eldars jajaja

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